Un préstamo hipotecario consiste en recibir una determinada cantidad de dinero – capital – por parte de una entidad bancaria a cambio del compromiso de devolver dicha cantidad, más los intereses correspondientes – en base al tipo de interés -, a través del pago periódico de cuotas que suelen ser mensuales.
Existen diferentes opciones y tipos de hipotecas.
Las entidades bancarias determinan las condiciones para la concesión de un crédito hipotecario.
Todo y que cada entidad determina de forma individual las mencionadas condiciones, estas están sugeridas por el Banco de España.
Las condiciones también varían si se trata de una primera residencia, una segunda residencia, o un local.
Existen unas normas básicas estipuladas de forma más o menos extendida por todas las entidades bancarias, y son las siguientes:
Porcentaje máximo concedido: el equivalente a el 80% del importe de la propiedad que se adquiere.
Endeudamiento: Corresponde a el porcentaje máximo al que se destina los ingresos de la unidad familiar o titulares de la hipoteca. Esta, corresponde al 30%.
Como ya indicamos más arriba, estas condiciones pueden variar ligeramente dependiendo del perfil de los compradores u sus ingresos.
A continuación ampliamos la información con el desarrollo de los elementos más significativos y su significado.